Primera Declaración del Comité

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jueves, 25 de febrero de 2010

Se presentó públicamente el Comité de Solidaridad y Ayuda Urgente al Pueblo Haitiano

La amplia diversidad de organizaciones sociales, religiosas y políticas autoconvocados en el Comité de Solidaridad y Ayuda Urgente al Pueblo Haitiano, realizaron hoy una conferencia de prensa para hacer la presentación pública del Comité.

Hicieron la presentación del comité Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz y Fernando Cardozo, representante de ATE.

Para las entidades que forman el Comité: "La verdadera ayuda a Haití no es a través de soldados, sino de alimentos, remedios, médicos y apoyo para la reconstrucción del país"

Por su parte, Fernando Cardozo, representando a la Secretaría de Relaciones Internacionales de la Centra de Trabajadores de Argentina (CTA) dio a conocer la declaración emitida por las CTA, en donde manifiestan su solidaridad con el pueblo haitiano y la preocupación por como se está desarrollando la distribución de la ayuda humanitaria. La declaración que fue leída durante la conferencia hace hincapié en que la MINUSTAH debe dejar el suelo haitiano, y se resalta que la ocupación militar no es solidaridad entre los pueblos. En ese mismo sentido reclaman la anulación de la deuda externa hitiana.

Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, recordó su visita a Haití en el marco de la Misión de Solidaridad e Investigación que se realizó en abril del 2005. Resaltó además que Haití es un ejemplo para toda la región ya que fue el primer país en liberarse de la esclavitud y dijo “Haití es un país desvastado por los apetito de los países ricos del mundo”

El premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel resaltó la importancia de conformar este tipo de Comité de Solidaridad para pensar juntos como hacer para llevar la solidaridad y garantizar la efectiva distribución de la ayuda humanitaria al pueblo haitiano. “Una de las cosas más importantes en estos momentos es como canalizar el envío de medicamentos”, Haití necesita de todo pero no por medio del sometimiento y la dominación ayudamos a su reconstrucción, tenemos que estar atentos a lo que quiere el pueblo haitiano, ser concretos en el tema de ayuda… expresó el Premio Nobel de las Paz, y e hizo una propuesta de acción de reclamar a Francia que repare los daños ocasionados por durante la colonización…

El comité no tiene como objetivo de una simple ayuda humanitaria enviando alimentos, va más allá se trata de una propuesta política de largo plazo que busca el fin de la ocupación militar de los EE.UU. y de la MINUSTAH, y la anulación sin condiciones de la deuda externa que pesa sobre cada haitiano, como así también asegurar que sean los mismos haitianos los artífices y protagonistas de su propio destino de modo libre y soberano", son los ejes que engloban y convoca. Acompañar y colaborar en forma solidaria y directa con organizaciones populares de Haití y con los residentes haitianos en nuestro país, para esto se está organizando un Festival para fines de marzo y se acordó declarar el día 21 de marzo día de solidaridad con Haití.

Los presentes, después de la presentación compartieron e intercambiaron información y expectativas, también debatieron nuevas propuestas para poner en marcha.

En este sentido se llamó al pueblo argentino, a sus organizaciones sociales, religiosas, sindicales, barriales y políticas a sumarse a esta campaña de solidaridad independiente y al servicio del pueblo haitiano, participando de manera activa o colaborando económicamente.

Para más información: prensacomitexhaiti@gmail.com

Gladys, 25-02-10

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miércoles, 24 de febrero de 2010

Declaración del Comité de Solidaridad y Ayuda Urgente al Pueblo Haitiano




La tragedia ocurrida en Haití nos moviliza a todos. Más de 200.000 haitianos fallecidos, 300.000 heridos, 3 millones sin vivienda y un país destruido, es el saldo que dejó el terremoto ocurrido el 12 de enero. Pero esta tragedia no ocurrió en cualquier país sino en el más pobre y vulnerable de nuestra América, castigado por siglos de saqueo y explotación de colonizadores, de dictaduras sangrientas y ocupación militar.



La ayuda que llega no sólo es insuficiente, sino que va dirigida a resolver los problemas de los extranjeros que viven allí y de las capas más acomodadas de la población. Muy poco llega a los sectores realmente necesitados.



La MINUSTAH (Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití), que bajo el argumento de estabilización y de ayuda humanitaria ha demostrado su fracaso, ocupa Haití desde el 2004 -paradójicamente el año del Bicentenario de su independencia-. Con la vergonzosa participación de las fuerzas armadas argentinas bajo el mando de Brasil. Además, aprovechándose de la tragedia del terremoto, Estados Unidos envió a Haití 20.000 marines ocupando centros estratégicos del país. Estas tropas no contribuyen con ayuda humanitaria; el rol que están cumpliendo es el de reprimir a los hambrientos, resguardar los intereses de sus empresas y, según ya ha sido denunciado, brindar colaboración a ciudadanos norteamericanos para llevarse del país niños haitianos, con fines difíciles de prever. Además de apoderarse de territorios, de recursos naturales que implican más ganancias, aplicando e imponiendo sus políticas neoliberales, especialmente en momentos de crisis o catástrofes, con el fin de mantener el control geopolítico y económico de la región.



Las Instituciones Financieras Internacionales, el Club de París y los países del Norte, responsables de generar una enorme deuda financiera y social reclaman ilegítimamente su pago, lo que significa profundizar más la situación de pobreza agravada por el terremoto. Según el FMI, la deuda total de Haití asciende a 1.314 millones de dólares, unos dos tercios de ese total son adeudados a organismos multilaterales, por ejemplo 447 millones de dólares al BID, 165 millones al FMI y 39 millones al Banco Mundial.


El pueblo haitiano necesita nuestra ayuda. Pero no una ayuda de la mano de las ametralladoras. Haití no necesita militares norteamericanos, ni argentinos, ni brasileros. Haití necesita alimentos, remedios, médicos, enfermeros. Las organizaciones que nos constituimos en el Comité de Solidaridad y Ayuda Urgente al Pueblo Haitiano, exigimos a los gobiernos una multiplicación de los envíos de aquello que Haití más necesita. Como así también exigimos el retiro de las tropas de la MINUSTAH, la anulación de manera inmediata e incondicional de la deuda externa reclamada a Haití y una ayuda solidaria que no genere nueva deuda.



En particular, reclamamos al gobierno argentino mayores envíos de mercaderías imprescindibles, el retiro inmediato de las tropas nacionales del territorio haitiano y la exigencia, en el ámbito internacional, del cese de la ocupación militar norteamericana.



A la vez, tomamos en nuestras manos la solidaridad independiente, que vaya desde las organizaciones sociales, sindicales, políticas y religiosas de base argentinas, directa-mente a nuestros iguales de Haití, a quienes más lo necesitan, a las mujeres, a los niños, a los trabajadores y trabajadoras, campesinos y campesinas, a los pobres.

En este sentido consideramos que el reparto necesita estar en manos del pueblo haitiano y de sus organizaciones. Estos, de manera conjunta, son quienes deben disponer y coordinar la ayuda humanitaria y la reconstrucción de su país en forma libre y soberana.



Hacemos un llamado a todo el pueblo argentino, a unirse a esta iniciativa de solidaridad independiente. Para organizarla hemos conformado un Comité Solidario abierto a la participación de los movimientos, de las organizaciones sociales, políticas y religiosas y de todas las personas que quieran sumarse a este espacio para debatir y avanzar en estrategias y acciones. Con el fin de impulsar una verdadera Campaña de Solidaridad con el pueblo haitiano y de reclamo por el retiro de las tropas extranjeras y la anulación sin condicionamientos de su deuda externa.



¡SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO HAITIANO!

¡POR UN HAITÍ LIBRE Y SOBERANO!

¡NO A LA INVASIÓN MILITAR - ANULEN LA DEUDA YA!



Bs. As. Febrero de 2010

comiteporhaiti@googlegroups.com

prensacomitexhaiti@gmail.com





Convocantes:



Adolfo Pérez Esquivel, SERPAJ

Nora Cortiñas, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.



Organizaciones:

Asamblea Permanente por los Derechos Humanos - Asamblea de trabajadores del hospital Larcade de San Miguel - Asamblea de Florida Este - Asociación Guadalupe/Pastoral Aborigen - ATTAC - ATE/ Acción Social Santa Cruz - Autodeterminación y Libertad - Bachillerato UST - Cátedra Arturo Jauretche - Centro Jauretche - Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA), Secretarías de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos - Centro Cultural la Muralla - Comisión Justicia y Paz Misioneros Claretianos - Comisión Gremial Interna Banco de la Provincia de Buenos Aires/ Seccional Buenos Aires - Conferencia Argentina de Religiosas y Religiosos (CONFAR) - Congregación La Santa Unión de los Sagrados Corazones - Congregación de hermanas de San Antonio de Padua - Convergencia de Izquierda - CTA Bahía Blanca - Colectivo Estamos en ViLo - Dialogo 2000 - El Grito Argentino - Espacio Ecuménico - Estudiantes Haitianos en Argentina - Foro de Pensamiento y Construcción Social - Frente Obrero Socialista (FOS) - Frente Darío Santillán - Fundación La Salle - Instituto de Relaciones Ecuménicas (IRE) - Izquierda Socialista - Liga Argentina por los Derechos del Hombre - Médicos del Mundo-Argentina - MOCASE/Vía Campesina - Organización de Haitianos Viviendo en Argentina (OHVA) - Opinión Socialista - Organización Feministas - Parroquia Ntra Sra de Fátima de la Isla Maciel, Avellaneda - Parroquia Santa Cruz - Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo Capit. Arg - Programa de Incidencia sobre Deuda Externa Ilegítima de la Federación Luterana Mundial - Religiosas del Sagrado Corazón - Red de Solidaridad con Chiapas de Vicente López - Servicio Paz y Justicia (Serpaj) - Vecinos Autoconvocados de Villa de las Rosas - Zonal de docentes antiburocráticos de Rafael Castillo




Siguen firmas…

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lunes, 22 de febrero de 2010

Haití es un acreedor, no un deudor. Por Naomi Klein

En Puerto Príncipe, el economista haitiano Camille Chalmers ha estado siguiendo estos acontecimientos con un optimismo cauto. La cancelación de la deuda es un buen comienzo, dijo a Al Jazeera en su versión anglo, pero “es tiempo de ir más allá. Tenemos que hablar sobre reparaciones e indemnizaciones por las devastadoras consecuencias de la deuda”. En su declaración, la idea de que Haití es un país deudor, necesita ser abandonada. Haití, argumenta, es un acreedor –y somos nosotros, en Occidente, quienes estamos demorados en el pago de nuestras obligaciones-.

Nuestra deuda con Haití proviene principalmente de cuatro fuentes: la esclavitud, la ocupación estadounidense, la dictadura y el cambio climático. Estos reclamos no son fantasiosos, ni puramente retóricos. Se basan en múltiples violaciones de normas y acuerdos legales. Aquí, aunque demasiado brevemente, se ofrecen algunos aspectos destacados del caso haitiano.

- La deuda de la esclavitud. Cuando los haitianos ganaron su independencia de Francia en 1804, tuvieron todo el derecho de reclamar reparaciones a los poderes que se habían aprovechado durante trescientos años del trabajo robado. Francia, de todos modos, estaba convencida de que habían sido los haitianos quienes habían robado la propiedad de los dueños de esclavos negándose a trabajar gratuitamente. Por ello, en 1825, con una flota de barcos de guerra amarrados en la costa haitiana amenazando con volver a esclavizar la antigua colonia, el rey Carlos X vino a recolectar: 90 millones de francos en oro –diez veces la renta anual de Haití en ese momento-. Sin capacidad para negarse, y sin posibilidades de pagar, la joven nación fue amarrada a una deuda que tardaría 122 años en saldarse.

En 2003 el presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide, enfrentado a un agobiante embargo económico, anunció que Haití demandaría al gobierno francés por el robo perpetrado tiempo atrás. “Nuestro argumento”, me dijo el ex abogado de Aristide, Ira Kurzban, “fue que el contrato era un acuerdo sin validez porque estuvo basado en la amenaza de re-esclavización en tiempos en los que la comunidad internacional consideraba la esclavitud como un mal”. El gobierno francés estuvo lo suficientemente preocupado como para enviar un mediador a Puerto Príncipe para que mantuviese el caso fuera de los tribunales. Finalmente, sin embargo, su problema fue eliminado: mientras se llevaban a cabo los preparativos del juicio Aristide fue derrocado. El juicio desapareció, pero para muchos haitianos los reclamos de reparación aún continúan.

- La deuda de la dictadura. Desde 1957 a 1986, Haití estuvo gobernado por el régimen desafiantemente cleptocrático de Duvalier. A diferencia de la deuda francesa, el caso contra Duvalier se expuso en varios tribunales que rastrearon los fondos haitianos hasta una elaborada red de cuentas bancarias en Suiza y fastuosas propiedades. En 1988 Kurzban ganó un juicio clave contra Jean-Claude “Baby Doc” Duvalier cuando una Corte de Distrito en Miami dictaminó que el depuesto gobernante había “malversado más de 504 millones de dólares de fondos públicos”.

Los haitianos, por supuesto, aún siguen esperando la restitución de ese dinero –pero este fue sólo el comienzo de sus pérdidas-. Durante más de diez años los acreedores del país insistieron en que los haitianos debían pagar las astronómicas deudas contraídas por Duvalier, estimadas en 844 millones de dólares, gran parte de las cuales pertenecían a instituciones como el FMI y el Banco Mundial. Sólo en servicios de deuda, los haitianos tienen que pagar 10 millones de dólares por año.

¿Era legal para los prestamistas extranjeros cobrar las deudas de Duvalier siendo que gran parte de ellas nunca se gastaron en Haití? Muy probablemente no. Como me afirmó Cephas Lumina, el experto independiente en deuda externa de las Naciones Unidas, “el caso de Haití es uno de los mejores ejemplos de deuda odiosa en el mundo. Sólo sobre esa base la deuda debería ser cancelada incondicionalmente”. Pero aún si Haití viera cancelada la totalidad de su deuda (y destaco el si), esto no extinguiría su derecho a ser compensado por las deudas ilegales que ya se contrajeron.

- La deuda climática. Apoyado por muchos países en vías de desarrollo en la cumbre sobre cambio climático de Copenhague, el caso de la deuda climática es sencillo. Los países ricos que han fallado tan espectacularmente en resolver la crisis climática que han causado tienen una deuda con los países en desarrollo que han contribuido poco a la crisis pero que padecen sus efectos de manera desproporcionada. En resumen, quien contamina, paga. Haití tiene un argumento irrefutable. Su contribución al cambio climático ha sido insignificante; las emisiones de carbono per capita de Haití representan sólo el 1% de las emisiones de los Estados Unidos. Aun así, Haití está entre los países más afectados –de acuerdo con un índice, sólo Somalia es más vulnerable al cambio climático.

La vulnerabilidad de Haití al cambio climático no se debe sólo –ni siquiera principalmente- a su geografía. Efectivamente el país enfrenta tormentas cada vez más devastadoras. Pero es la débil infraestructura de Haití la que convierte situaciones de alerta en desastres, y los desastres en completas catástrofes. El terremoto, a pesar de que no tiene relación con el cambio climático, es un excelente ejemplo. Y aquí es donde todos esos pagos de deudas ilegales pueden tener su costo más devastador. Cada pago a un acreedor extranjero es dinero que no se utilizó para construir un camino, una escuela, una línea eléctrica. Y esa misma deuda ilegítima incrementa el poder del FMI y del Banco Mundial para imponer onerosas condiciones para cada nuevo préstamo, requiriendo que Haití desregule su economía y achique aún más su sector público. Al fallar en el cumplimiento de esas condiciones fue castigado con un embargo de la ayuda desde 2001 hasta 2004, las campanas de muerte para la esfera pública haitiana.

Esta historia precisa ser confrontada ahora, porque amenaza con repetirse. Los acreedores de Haití ya están utilizando la desesperada necesidad de ayuda por el terremoto para presionar por la quintuplicación de la producción en el sector textil, uno de los trabajos más explotadores en el país. Los haitianos no tienen mucho prestigio en estas conversaciones, porque se les considera receptores pasivos de ayuda, no participantes dignos y plenos en un proceso de reparación e indemnización.

Un cálculo sobre las deudas que el mundo tiene con Haití podría cambiar radicalmente su dinámica venenosa. Aquí es donde comienza el verdadero camino hacia la reparación: mediante el reconocimiento del derecho de los haitianos a ser reparados.


* Naomi Klein es una premiada periodista y sindicada columnista y autora del bestseller La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre (septiembre 2007); un bestseller internacional previo fue No-Logo: el poder de las marcas (2002); y la colección Vallas y ventanas: despachos desde las trincheras

Fuente: The Nation. Traducción para Sin Permiso de Camila Vollenweider
Enviado por: Pablo, 22-02-10

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sábado, 13 de febrero de 2010

En solidaridad con la organización ROZO de Puerto Príncipe

La Red de Organizaciones de la Zona Oeste (ROZO), es una coordinación de unas 25 organizaciones barriales y populares de Puerto Príncipe y su periferia, que ha sido la más afectada por el terremoto. Está integrada por luchadores que viene peleando por los derechos de los trabajadores y sectores populares de su país.

ROZO fue parte del movimiento estudiantil que impulsó las protestas y movilizaciones nacionales que en el año 2004 desbordaron la capacidad de gobernar del entonces presidente Aristide. Ello asustó al imperialismo yanqui que invadió con marines en febrero de ese año, dando de hecho un golpe de estado para evitar que el pueblo haitiano continuara con su organización.

ROZO ha emprendido una campaña por la salida de la ONU y sus tropas de ocupación, la MINUSTHA, encabezadas por Brasil y Argentina. Fue parte de la Coordinación que convocó a una protesta el 1° de mayo de 2009 que exigió un aumento salarial. Esta jornada empalmó con demandas estudiantiles en la universidad estatal, lo que generó un amplio movimiento que culminó con las jornadas de lucha del 4 de junio y la brutal represión de la MINUSTHA y la policía del gobierno de Preval.

Los miembros de ROZO, sus familiares, compañeros y vecinos han sufrido, como parte del pueblo haitiano, las dolorosas consecuencias del terremoto. Por eso necesitan de la solidaridad. Muchos miembros de ROZO han perdido hijos y otros familiares directos. En un liceo donde un miembro de ROZO es profesor, murieron cerca de 500 alumnos y varios profesores. La mayor parte tiene sus casas destruidas. Pese a lo que están sufriendo, los miembros de ROZO son parte activa de los comités de solidaridad, de los grupos que remueven escombros, de la distribución de los víveres, etcétera. Los compañeros de ROZO vienen desarrollando su actividad desde varios campamentos de damnificados. En esas tareas están batallando para que el pueblo se organice para exigir que haya más médicos, víveres, agua, y no tropas de ocupación.

Por todo esto es que, como parte de la solidaridad internacional hacia las organizaciones obreras y populares de Haití, se ha lanzando una campaña de ayuda económica a ROZO través de un aporte solidario económico.

Enviar contribuciones en dólares a la cuenta número 200026600001515.

Banco de Reservas de la República Dominicana.

Fuente: Izquierda Socialista en UIT-CI

Enviado por: Carlos Giordano, 13-02-10

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jueves, 11 de febrero de 2010

Venezuela condona deuda a Haití y sugiere crear una reserva alimentaria

“El comandante Hugo Chávez decidió condonar la deuda de 395 millones de dólares que tiene nuestra hermana Haití con Petrocaribe de Venezuela por razón de suministro eléctrico”, dijo el canciller venezolano Nicolás Maduro en el marco de la reunión de trabajo de Unasur que se cumple en el Palacio de Carondelet.
Además Maduro, propuso que Unasur emule la acción de su país y cree una reserva alimentaria para ayudar a Haití.
“Nosotros (Venezuela) llevamos 7 mil toneladas de alimentos en el marco del ALBA y tenemos aún una reserva de 4.500 toneladas a la espera de poder distribuir organizadamente”, manifestó Maduro.
Dijo que Venezuela ha constituido un plan de emergencia en el que Cuba ha jugado un papel fundamental enviando médicos a Haití para atender a los damnificados por el terremoto.
Con ese esfuerzo, aseguró, se ha diseñado un modelo de atención que se basa en la instalación de campamentos integrales de gran amplitud que se constituyen en una referencia en varias poblaciones del país caribeño.
Maduro indicó que dos de estos campamentos se encuentran instalados en las afueras de Puerto Príncipe de acuerdo a las indicaciones efectuadas por el Presidente René Preval de ir desconcentrando la capital haitiana, además de otros dos a 50 kilómetros de dicha ciudad.
“Cada uno (de los campamentos) atiende entre 2.000 a 4.000 personas y se están instalando dos campamentos en otra ciudad haitiana”, afirmó Maduro.
Destacó que la meta “es llegar a 18 mil personas con atención directa con hospitales de campaña atendidos por las distintas brigadas médicas”. Sin embargo dijo que esta cantidad es “modesta” porque aún existen un millón de personas viviendo en las calles haitianas.
En estos campamentos además se entrega atención integral a aquellas personas que, por razones de extrema necesidad, tiene que permanecer en dichos campamentos, dijo Maduro.
Aquí los haitianos, que viven en carpas, cuentan con alimentos que son distribuidos directamente sin que los distintos productos se “pierda en el camino o caiga en manos de grupos que lo vendan como ha sucedido en otras oportunidades”.
A nombre de Venezuela, Nicolás Maduro ofreció la ayuda inmediata para conseguir, a través de una empresa venezolana, las carpas que requiere con urgencia el pueblo haitiano.
Ante la ausencia del Presidente venezolano, Hugo Chávez, indicó que el Mandatario sigue la reunión de Unasur, en Caracas, a través de la señal de Telesur.
Fuente: Libre Red

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Los lasallanos preparan un proyecto educativo para Haití

Ante la situación que está viviendo la República de Haití, la Fundación La Salle de Argentina-Paraguay apoya el proyecto de los Hermanos de La Salle de Antillas-México Sur, que se propone llevar adelante la construcción, animación y administración permanente de un Centro Educativo para Educadores, posiblemente una escuela para Formación de Maestros, con una Escuela Elemental anexa que reciba en un primer momento a niños afectados por la catástrofe.

La iniciativa prevé además la construcción de un pequeño dispensario o centro de salud, que apoye en materia de salud a los mismos alumnos, y finalmente un comedor que permita coadyuvar al mejor rendimiento de los usuarios del servicio.

La información fue suministrada por el hermano Telmo Meirone, presidente de la Fundación La Salle Argentina-Paraguay

Entre los considerandos del proyecto se plantea la necesidad que tendrá la República de Haití de resolver una gran cantidad de carencias en materias varias como salud, alimentación, infraestructura, educación, etc., una vez que pase la etapa de atención inmediata a los damnificados.

“Será entonces cuando la inmensa cantidad de niños y adolescentes que han quedado huérfanos requieran contención y educación, que es lo propio de La Salle, y el campo en el cual esta institución está más capacitada”, se subraya.

Los Hermanos de La Salle tienen ya varias obras en varias ciudades de Haití, incluyendo Puerto Príncipe.

Para efectivizar la colaboración con este proyecto la Fundación La Salle de Argentina-Paraguay abrió la Cuenta Corriente Especial Nº 9750046-7 234-8, del Banco de Galicia, CBU: 0070234030009750046787.

Informes: presidencia@fls.org.ar o en la página www.fls.org.ar

Fuente: AICA
Enviado por: Liliana, 11-02-10

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miércoles, 10 de febrero de 2010

En Haití devastada: Sigue sumisa la ONU ante Washington. Por Antonio Peredo Leigue

La falta de logística en el aeropuerto de Puerto Príncipe, capital de la destruida Haití, está retrasando la distribución de la ayuda que llega constantemente. Los soldados norteamericanos se han apoderado de esa terminal y, haciendo caso omiso de los reclamos internacionales, disponen de los alimentos, las medicinas y otras vituallas que donan distintos países.
Dieciséis mil soldados del ejército estadounidense llegaron prontamente y de inmediato mostraron su propósito. Lo primero que hicieron fue apoderarse del aeropuerto; allí, deciden incluso cómo y cuándo deben llegar los aviones de apoyo, al punto que una nave venezolana debió esperar tres días en República Dominicana por orden de los ocupantes de Haití.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha mantenido un silencio cómplice. La OEA sigue impávida. La muerte de 250 mil personas, una cantidad no precisada de heridos de diversa gravedad y más de 2 millones de damnificados no conmueven a las organizaciones internacionales que debieran estar allí desde el mismo momento en que ocurrió el terremoto. No olvidamos que, hace varios años, están los cascos azules de la ONU con la declarada intención de defender la democracia y mantener la paz. Se reconoce la ayuda que prestaron en estos días trágicos, reivindicándose de la imagen negativa que tenían ante el pueblo haitiano. Pero ahora, frente a los 16 mil efectivos de Estados Unidos, que tienen el propósito de hacerse dueños del país, nada pueden los cascos azules y nada quieren hacer la ONU y la OEA.
Este no es un reclamo de políticos contrarios a Washington. El gobierno de Francia, a través del secretario de Estado de Cooperación, Alain Joyandet, ha reclamado a la ONU que se precise el papel de Estados Unidos en la devastada Haití. Recordemos que Francia es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Ese reclamo debió concretarse en una reunión inmediata de aquel Consejo. Pero es improbable, porque tendría que desnudarse la intención anexionista del gobierno de Barak Obama.
Bolivia está conciente de estos peligros. El presidente Evo Morales ha anunciado que pedirá una reunión urgente de la asamblea, donde la ONU discuta la ocupación de Estados Unidos y la condene. Como no hay mucha esperanza en que esto suceda, se reunió en Quito UNASUR. Allí, Álvaro García, vicepresidente boliviano, declaró oficialmente: “temo que Haití, de no haber un rechazo rápido por parte del Continente, se convierta en otra base norteamericana”. Añadamos que sería una base asentada sobre miles y miles de cadáveres. Eso, como se demuestra a diario, no tiene importancia para la Casa Blanca ni el Pentágono. Que lo digan iraquíes y afganos, que lo recuerden panameños y granadinos, que reavivan sus heridas dominicanos y nicaragüenses; ni un solo país de Nuestra América, ni uno solo, quedó libre de ese brazo interventor.
Con esa tropa, que incluso se adueñó de la ayuda de otros pueblos, no se puede ni siquiera pensar en la reconstrucción de Haití. Porque en Haití no sólo faltan alimentos y medicinas y agua y viviendas y escuelas y transporte. Falta construir de nuevo ese país. Haití lo necesita. Haití lo merece, pues fue la primera nación de este suelo nuestro en independizarse de Europa. Porque los haitianos, privándose de sus propios requerimientos, ayudaron a nuestros próceres a organizar la lucha contra la colonia española. Porque ha sido y sigue siendo el pueblo más maltratado, humillado y explotado de este continente. Porque, siendo un hermano nuestro, todos los golpes que reciba, todas las heridas que le inflijan, son golpes y heridas sobre nosotros mismos.
Lo diremos en términos prácticos: la ocupación indefinida de Haití, es un atentado contra el proceso de unidad de nuestras naciones. Ningún país de Nuestra América puede mirar con indiferencia y mucho menos aprobar, un crimen de tal naturaleza.
Objetivamente, esta es la función que debía cumplir la Organización de Naciones Unidas, pero hace mucho tiempo que dejó de hacerlo. Aún teniendo derecho al veto en el Consejo de Seguridad, Washington no espera ninguna resolución para actuar como desea; lo hizo incluso contra la resolución de ese Consejo. Una vez más, la ONU demostró su inutilidad para cumplir su misión de preservar la soberanía de las naciones y la paz en el mundo.
Fuente : Argenpress
Enviado por: Diálogo 2000, 16-02-2010

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La UNASUR Y HAITÍ: Decisión de Quito

SOLIDARIDAD DE UNASUR CON HAITÍ

Decisión de Quito

9 de febrero de 2010

Las Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la UNASUR, reunidos en el Palacio de Gobierno, en Quito, el 9 de febrero de 2010, ante las consecuencias del terremoto producido en Haití el pasado 12 de enero, por los vínculos de solidaridad y amistad;

EXPRESAMOS nuestra solidaridad con el Pueblo y Gobierno de Haití en estos momentos de dolor y tragedia, así como nuestro profundo pesar por el fallecimiento de miles de haitianos, de funcionarios internacionales y de los países cooperantes;

REITERAMOS nuestro compromiso para apoyar la atención integral de los heridos y damnificados y la reconstrucción del país, teniendo en cuenta las necesidades y prioridades expresadas por las autoridades de Haití;

APOYAMOS los esfuerzos del Gobierno de Haití para que, bajo su liderazgo, y en coordinación con los organismos internacionales y regionales, ejecute las actividades de asistencia humanitaria a la población haitiana y promueva el desarrollo social, económico e institucional de Haití;

EXPRESAMOS nuestro reconocimiento por el trabajo de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH).

DECIDEN:

1. Reiterar sus expresiones de solidaridad con el Gobierno del Presidente René Préval y el pueblo de Haití, así como las condolencias por las pérdidas de vidas humanas.
2. Contribuir para que la cooperación internacional que llegue a Haití responda a la demanda, necesidades y prioridades del país, en el marco del más absoluto respeto a la soberanía nacional y al principio de no intervención en los asuntos internos. En esa misma línea apoyar el fortalecimiento de las instituciones del Estado haitiano, con el objetivo de promover la eficacia de la cooperación, el desarrollo social y económico sostenible, la profundización de la democracia y la preservación de la paz y la seguridad.
3. Continuar con la ayuda humanitaria emprendida por los Estados Miembros, de común acuerdo con el Gobierno haitiano.
4. Concretar una nueva cooperación sur-sur, mediante el acompañamiento a mediano y largo plazo en el proceso de reestructuración, respetando la soberanía de Haití, que contemple el fortalecimiento de las instituciones del Estado y el desarrollo de la capacidad local.
5. Atender de manera prioritaria e inmediata los tres ejes planteados en esta reunión por parte del Presidente de Haití, René Préval, a los Estados Miembros de la UNASUR:
1. Infraestructura y energía: a) construcción vial: recursos en material, maquinaria y dotación de contingentes de ingenieros, para aportar a la infraestructura de Haití, en particular en la construcción de vías que serán determinadas por el Gobierno haitiano; b) energía: tendido eléctrico y estudiar el impacto que tenga, como alternativa energética, el gas en la realidad haitiana.
2. Agricultura: aportar para la reconstrucción del sector de la agricultura y la producción alimentaria; donación de semillas, insumos, fertilizantes; y, envío de especialistas. En este tema se tomará en cuenta los modelos “Pro-huerta” y Programa de Seguridad Alimentaria.
3. Salud: incrementar las acciones ya implementadas por el Consejo Suramericano de Salud.
6. Promover acciones conjuntas tendientes a canalizar la ayuda humanitaria, así como impulsar labores de reconstrucción mediante un plan de acción coordinado con los representantes del Gobierno Constitucional de Haití. Este plan de acción deberá contemplar, entre otras, las siguientes medidas, de forma voluntaria y según las capacidades de cada Estado Miembro:
* Crear un Fondo de la UNASUR, para financiar los equipos sectoriales que llevarán adelante las acciones de los tres ejes expresados por el Presidente René Préval en el numeral 5. En principio, el Fondo sería de 100 millones de dólares, con aportes de los países.
* Solicitar al BID un crédito de hasta 200 millones de dólares, de largo plazo, en el menor interés, que será garantizado y asumido por los países de la UNASUR.
* Enviar, inmediatamente carpas, apropiadas para las necesidades; y, proceder con la construcción de albergues, que atiendan la urgente necesidad de vivienda requerida en Haití.
* Enviar a Haití una delegación de organismos de planificación de UNASUR, para respaldar, en este ámbito, las acciones que el Gobierno haitiano requiera.
* Estimular la donación al Gobierno haitiano de maquinarias requeridas para la reconstrucción física de Haití, de manera planificada.
* Explorar compromisos de los Estados Miembros, de contribuir, de conformidad con sus capacidades y de manera voluntaria, en la reconstrucción de una zona en Haití.
* Contribuir en la reforestación de Haití, mediante la elaboración de un programa específico, con la participación, entre otros, de las universidades, institutos de investigación, la población civil y demás actores sociales.
* Estimular la diversificación de fuentes energéticas utilizadas en Haití, para reducir la dependencia tradicional de la madera e incrementar el uso de energías renovables y de bajo impacto sobre el medio ambiente local.
* Colaborar en la construcción de la sede del Gobierno.
* Exhortar a los Estados Miembros que aún no lo han hecho la aplicación de procesos especiales de regularización migratoria a favor de ciudadanos haitianos.
* Apoyar las iniciativas de los Estados Miembros sobre asistencia en el sector de la educación, mediante, entre otros, la reconstrucción del sistema educativo, en todos sus niveles; designación de cooperantes, establecimiento de campamentos, liceos sismo-resistentes y el otorgamiento de becas para estudiantes haitianos.
7. Exhortar a los Estados Miembros a eliminar, temporalmente, las tarifas de importación de países Suramericanos para productos haitianos exportables y estimular inversiones de empresas suramericanas en sectores con elevado potencial de utilización de mano de obra local.
8. Respaldar el llamado del Relator Especial de Naciones Unidas sobre Deuda Externa para condonar la deuda y saludar la decisión de varios países en esa línea. Al respecto, hacemos un llamado a todos los acreedores, especialmente los organismos multilaterales, para condonar la referida deuda.
9. Reconocer la importancia de los compromisos propuestos a partir de la IV Reunión Extraordinaria de Ministros y Ministras de Salud Suramericanos, de 27 de enero de 2010. Del mismo modo, resaltar el contenido de la Resolución sobre Haití, adoptada por el Consejo Suramericano de Defensa, en Manta, el 28 de enero de 2010.
10. Estudiar la creación de una oficina autónoma o dentro del Consejo Suramericano de Defensa, de gestión de riesgos, que coordine las acciones de prevención y mitigación de emergencias provocadas por desastres.
11. Disponer que una comisión del Consejo Suramericano de Defensa, en coordinación con el Consejo de Delegados, viaje a Haití para efectuar un estudio de las condiciones, necesidades y ofrecimientos, según las zonas geográficas de actuación, en plena concordancia con las autoridades haitianas, a fin de lograr una mejor utilización de los recursos aportados por los países de UNASUR a las tareas encomendadas.
12. Establecer una cooperación de los Estados Miembros de UNASUR para el envío marítimo y aéreo de las contribuciones otorgadas para atender la situación de Haití. En este sentido, reconocemos las ofertas de Perú, Venezuela y Argentina para establecer corredores en el pacífico y en el atlántico.
13. Reconocer la importancia de la propuesta sobre la creación de una “Brigada Suramericana de solidaridad y Cooperación”, e instruir al Consejo de Delegados iniciar su estudio.

Fuente: Cubadebate

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sábado, 6 de febrero de 2010

Estados Unidos se quedará en Haití "el tiempo que sea necesario"

Así lo sostuvo Gregory Kane, director de la Fuerza Conjunta de Operaciones estadounidenses en el país. Ya hay 20.000 soldados norteamericanos brindando ayuda humanitaria, tras el terremoto que dejó más de 200.000 muertos.

Por: Clarín.com

Las tropas estadounidenses se quedarán en Haití el tiempo que sea necesario para ayudar en la reconstrucción del país tras trágico terremoto del 12 de enero, que dejó al ese país en ruinas. En conferencia de prensa, el coronel Gregory Kane -jefe del comando de operaciones de Estados Unidos en Haití- sostuvo que "estaremos en Haití el tiempo que sea necesario". En ese sentido, estimó que la ayuda militar podría estar lista dentro de "45 a 50 días". Sin embargo, puntualizó: "Esta es una decisión política que tomará el gobierno estadounidense". Estados Unidos desplegó unos 20.000 soldados para participar en trabajos de ayuda humanitaria en ese territorio destruido por el terremoto.

El anuncio sobre la permanencia de las tropas norteamericanas se realizó en el marco de los recurrentes problemas en la distribución de asistencia humanitaria en Haití. "Lamento que esto hubiera tomado tanto tiempo", había exclamado el ex presidente Bill Clinton, enviado especial de la ONU. En el centro de Puerto Príncipe -que según la ONU debe ser reconstruido en un 75 %- miles viven en refugios improvisados y a la intemperie.

Según el gobierno haitiano, hasta el momento sólo han llegado 4.000 de las 10.000 carpas prometidas. El ex presidente estadounidense prometió la llegada de miles de equipos de campaña adicionales en los próximos días, en medio de los reclamos por atención para alrededor de un millón de damnificados. En el hotel de lujo Montana, donde murieron varios extranjeros, el Departamento de Salud estadounidense habilitará una morgue móvil, donde 25 especialistas se encargarán de identificar los cadáveres para su repatriación.

Fuente: Diario Clarín
Enviado por: Pablo, 06-02-10

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viernes, 5 de febrero de 2010

Consternación ante los nuevos préstamos del FMI a Haití

Las campañas y organizaciones que luchan contra la deuda expresan su consternación ante los nuevos préstamos que hace el FMI a Haití.
Queremos expresar nuestra profunda decepción ante el préstamo que ha concedido el FMI a Haití de 102 millones de dólares, sin ninguna mención sobre la anulación de la deuda haitiana. Ahora Haití debe al FMI más de 250 millones de dólares.
Centenares de miles de activistas hicieron llegar recientemente a sus gobiernos la demanda de que toda la deuda de Haití sea anulada y que toda una ayuda importante le sea otorgada en lugar de préstamos.
Aunque el director Dominique Strauss-Kahn dio su apoyo para trabajar en pro de «la anulación de toda la deuda haitiana, incluido nuestro nuevo préstamo», no hubo ninguna señal sobre esa anulación en la reunión del FMI llevada a cabo en Washington DC ayer mismo. El Banco Mundial (al que Haití debe 39 millones de dólares) y el Banco Interamericano de Desarrollo (donde la deuda es de 447 millones de dólares) también expresaron su aprobación para una condonación de la deuda, pero todavía no se formalizó ningún acuerdo. Una gran parte de este dinero le fue prestado en un tiempo en que Haití tenía una enorme deuda odiosa debido a los créditos que en forma imprudente e inmoral se les había concedido a los sucesivos regímenes dictatoriales.
Sólo dos días después de que un país en desarrollo –Venezuela– anunciaba su intención de cancelar en el acto la deuda haitiana, consideramos vergonzoso que el FMI, una organización dirigida por los países más ricos del mundo, no haga lo mismo. Estamos preocupados de que la tragedia que sufre Haití –así como la crisis financiera y económica del año pasado– se convierta en una nueva oportunidad para que el FMI extienda sus operaciones. Esto es una nueva prueba de por qué el FMI no debe involucrarse en las cuestiones de desarrollo.
Más aún, el FMI desorienta cuando emite una comunicación anunciando su préstamo como parte del esfuerzo de auxilio que la comunidad internacional ha movilizado para Haití. Realmente el préstamo del FMI tendrá que ser usado como parte del programa vigente de Haití con el Fondo, que incluye unas condiciones económicas y políticas perjudiciales ya que obligan de forma antidemocrática a Haití, entre otras cosas, a aumentar las tarifas eléctricas y congelar los sueldos del sector público. Pedimos al FMI y a sus dirigentes que levanten estas medidas inmediatamente.
Damos nuestro sostén a esta declaración de grupos de la sociedad civil de Haití como PADPA, la Plataforma haitiana en favor de un desarrollo alternativo:
«Las deudas impuestas por las IFIs y los poderosos del mundo contribuyeron a destruir nuestro país. Fue similar a un terremoto que dura desde 1983, cuando firmamos un acuerdo de emergencia con el FMI. Estos créditos causaron terremotos, réplicas y sacudidas que socavaron nuestras instituciones y nuestra capacidad de respuesta a una crisis de esta magnitud.»
Pedimos al FMI que de forma inmediata e incondicional anule la deuda de Haití totalmente, incluido el nuevo préstamo, y pedimos a los países ricos que pongan a disposición de Haití una gran asistencia como restitución de los daños que durante siglos le infligieron a este país.
Firmado:
Jubilee Debt Campaign , UK
Debt and Development Coalition Ireland
11.11.11- Coalition of the Flemish North-South Movement
Plate-forme Dette & Développement (CCFD-Terre Solidaire)
Jubilee Scotland
Campagna per la Riforma della Banca Mondiale
Observatorio de la Deuda en la Globalización
European Network on Debt and Development
Both ENDS
Share the World’s Resources
Ekvilib Institute
Diakonia
Committee for the Abolition of Third World Debt

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MARCHA A LA EMBAJADA DE LOS EE.UU. EN REPUDIO A LA OCUPACIÓN MILITAR DE HAITÍ

COMUNICADO DE PRENSA

*MARCHA A LA EMBAJADA YANKI EN REPUDIO A LA OCUPACIÓN MILITAR DE HAITÍ*
* VIERNES 5 DE FEBRERO 18 HS - DESDE PLAZA ITALIA HASTA EMBAJADA YANKI*
Frente a la catástrofe humanitaria en Haití y la ocupación militar del país en manos del ejército yanki, varias organizaciones nos convocamos para extender un brazo de solidaridad obrero y popular al pueblo haitiano y acordamos realizar una marcha de repudio a la embajada de los EE.UU. para el próximo viernes 5 de febrero llamando a todas las organizaciones a movilizarnos por las siguientes consignas:
Solidaridad obrera y popular con el pueblo de Haití
¡Ayuda humanitaria, sí! ¡Ocupación militar, no!
Anulación inmediata de la deuda externa haitiana
Fuera las tropas de ocupación del imperialismo yanqui y la MINUSTAH
VIERNES 5 DE FEBRERO 18 HS, NOS CONCENTRAMOS A PARTIR DE LA 17:30HS. EN LA PLAZA ITALIA
Convocan: Nuevo MAS, Izquierda Socialista, Partido de los Trabajadores Socialistas, Partido Obrero, Movimiento Socialista de los Trabajadores, Convergencia de Izquierda, Partido Comunista de los Trabajadores, Frente Obrero y Socialista, PR(ML),CUBA-MTR, MIDO, Asambleas del Pueblo, Comité de Solidaridad y Ayuda Urgente al Pueblo Haitiano

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jueves, 4 de febrero de 2010

Vamos a estar cuando todos se hayan ido

Habla el jefe de los 744 médicos cubanos instalados en Haití desde hace doce años

Llegaron en el ’98, con los huracanes, como un contingente de ayuda. Después del sismo fueron referentes para todos los médicos.
Más de 34.500 pacientes, 2728 operaciones –de ellas, 1297 cirugías de alta complejidad–, 380 amputaciones de miembros superiores y 644 de miembros inferiores. 744 médicos, enfermeros y laboratoristas, 18 equipos quirúrgicos, tres hospitales estables en Puerto Príncipe y centros de atención en los 10 departamentos de Haití. Ese era el resumen de las dos semanas posteriores al terremoto que hicieron el viernes a la noche las brigadas médicas cubanas en una tienda de campaña en el corazón de la capital haitiana.

Los cubanos no aterrizaron en Haití como héroes en helicópteros de guerra frente al Palacio de Gobierno en ruinas ni deslumbraron al mundo rescatando de entre los escombros a ancianos y bebés dejados por muertos. No. Los médicos cubanos llegaron hace muchos años y en silencio. Y en silencio también fueron los primeros en atender a las víctimas del terremoto, junto a los profesionales del Hospital Reubicable de la Fuerza Aérea argentina. Y en silencio también serán los que se queden cuando la atención internacional se desvanezca.

“Muchas delegaciones ya empezaron a irse y la ayuda que llega no es la misma que al principio. Como lamentablemente pasa, en algunos días aparecerá otra tragedia, en otro país, y el pueblo de Haití quedará en el olvido y librado a su propia suerte”, diagnosticó el jefe de la misión médica permanente de Cuba en el devastado país caribeño, Carlos Alberto García Domínguez.

La historia le da la razón. La Habana envió a sus primeros médicos a Haití después del huracán George en 1998, cuando el 80 por ciento de los cultivos del país más pobre del continente había quedado totalmente destruido y la ONU pronosticaba una crisis humanitaria. Desde entonces, se enfrentaron a una serie ininterrumpida de huracanes y tormentas tropicales, que dejaron al país bajo el agua una y otra vez y a miles de personas muertas. En cada desastre natural vieron llegar la ayuda del mundo y la vieron irse. El martes 12 de enero, cuando la tierra comenzó a moverse y los edificios a agrietarse, las brigadas cubanas eran la única fuerza médica con insumos y capacidad para atender a víctimas en todo Haití.

“En un primer momento se montó un hospital de campaña donde viven nuestros médicos, en la parte de atrás del Palacio de Gobierno. Se montaron unas carpas, incluyendo un quirófano, y se comenzó a operar”, relató vía telefónica el doctor García Domínguez. Según contó, no tuvieron que ir en busca de las víctimas; las colas se armaron apenas dos horas después del terremoto en la plaza más cercana. “Hace mucho que estamos acá y la gente sabe dónde vivimos”, explicó. En esa tienda de emergencia se hicieron las primeras amputaciones. “Teníamos anestesia, pero sólo para aplicarla en dosis locales. Es algo terrible tener que amputar un miembro con anestesia local”, recordó.

El veterano médico habla con la calma de quien está acostumbrado al caos, la tragedia y el dolor. Hace más de un año y medio que está trabajando en Haití como jefe de la misión cubana. Cuando el terremoto sacudió al pequeño país caribeño estaba justo de vacaciones en La Habana, según contó con una mezcla de vergüenza y bronca. Ese mismo día juntó a una brigada médica de refuerzo, litros de plasma y sangre y cargó todos los insumos básicos que le entraron en el vuelo charter.

Cuando llegó, sus compañeros en Puerto Príncipe hacía 24 horas que operaban sin parar. “Lo primero que hice fue hablar con la seguridad de los hospitales públicos que estaban en pie para que nos abrieran las puertas”, recordó. La segunda noche después del terremoto, la misión cubana operaba y atendía pacientes en tres hospitales de Puerto Príncipe.

“Lo más difícil –aseguró– fue intentar que los pacientes operados se quedaran internados. Estaban aterrorizados y no querían quedarse dentro del edificio. Tuvimos que instalar carpas afuera, en las calles y los parques, aunque no era lo más higiénico.”

Con la llegada de misiones médicas y ayuda internacional la situación fue mejorando de a poco, explicó García Domínguez. En las últimas dos semanas profesionales de España, Chile, Venezuela, Colombia y Alemania se sumaron al trabajo contra reloj en los hospitales manejados por los cubanos. Lo mismo hicieron unos 400 haitianos recién recibidos o a punto de terminar sus estudios de Medicina en La Habana.

La misión de médicos argentinos que volvió al país la semana pasada también trabajó junto a los cubanos, a quienes les derivaban los pacientes quirúrgicos en Puerto Príncipe y en otras ciudades afectadas, como Leogane. “Se pusieron totalmente a nuestra disposición”, recordó con agradecimiento Selva Font, voluntaria de Cascos Blancos.

Estados Unidos, en cambio, se niega a acercarse a los cubanos. Sin contar la misión de paz de la ONU, Washington y La Habana son los dos países con más gente desplegada en el devastado país. El gobierno cubano y hasta el mismo Fidel propusieron una cooperación humanitaria. La Casa Blanca optó por el silencio, aun después de que Cuba le cediera su espacio aéreo para que la ayuda norteamericana tardara cinco horas menos en llegar a Puerto Príncipe.

Según el relato que hizo García Domínguez, la capital haitiana intenta volver a pararse. Algunos negocios venden agua y combustible, y la vida comercial está reviviendo de a poco. La electricidad, en cambio, sigue siendo sólo un recuerdo. “En cualquier otro país eso significaría caos, pero acá ya estamos acostumbrados. La electricidad nunca fue estable en Haití”, explicó el médico.

De día, aseguró, la ciudad parece estar ganando de vuelta su ritmo. Pero al caer la noche se ve la verdadera dimensión de los estragos que dejó el terremoto. “Las avenidas más grandes de la ciudad se llenan de gente. Es algo terrible. Son personas y personas, durmiendo una al lado de la otra. No son algunos, sino casi toda la población”, describió.

Tres semanas después del terremoto y con las primeras señales de recuperación apenas asomando, los contingentes extranjeros ya organizan su salida definitiva. “Es una pena porque el pueblo haitiano aún nos necesita”, se limita a comentar García Domínguez. Su equipo de casi 800 médicos y enfermeras, en cambio, se dedica a hacer planes: campañas de vacunación contra el tétanos, despliegue en todo el país de brigadas de control higiénico y epidemiológico, fumigaciones y la llegada de un equipo de salud mental para ocuparse de la gente que perdió más que su casa y su negocio.

“La verdad es que a uno le choca ver que los haitianos no han logrado recuperarse de una tragedia y ya les está cayendo otra. Nos desconcierta –aseguró, y se tomó un segundo para ahogar la tristeza, que se escapa entre sus palabras–. Pero lo que nos queda es que prevalece la voluntad. Uno nunca pierde el optimismo de que este pueblo tenga un futuro mejor, porque realmente lo merece.” Por eso él y sus compañeros se quedan en Haití, porque para ellos las palabras de esperanza que hoy repite el mundo entero no son sólo una expresión de deseo.

Fuente: Página12/Sociedad
Enviado por: Pablo, 20-02-10

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martes, 2 de febrero de 2010

El sindicalismo internacional envía una misión de apoyo al Haití

Leandra Perpétuo, asesora de la CSA: “Es falsa esa idea de que la gente está loca y salta en quien está ofreciendo auxilio”

En la última semana, la Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas (www.csa-csi.org) junto a la Confederación Sindical Internacional (CSI) envió un grupo de apoyo al Haití. La idea fue tener un contacto directo con el movimiento sindical del país para determinar las estrategias de auxilio a las víctimas del terremoto. Centrales sindicales del mundo todo atendieron el llamado de solidaridad de la CSI/CSA en apoyo a los/as compañeros/as del país hermano.

La asesora de derechos humanos de la CSA, Leandra Perpétuo, participó de la misión sindical. De vuelta a la sede en Brasil, ella nos relató el espíritu de dignidad del pueblo del país, los proyectos del movimiento sindical haitiano y la tarea de reconstrucción. Para la socióloga, lo que más le impresionó fue la ocupación militar de la isla: “Pero no en el sentido de organizar, sino para poner miedo”. Lea abajo la entrevista.

¿Puedes contarnos un poco sobre la misión en Haití? ¿Cual fue el objetivo y qué fue exactamente hecho en el país?

Leandra Perpétuo - La idea surgió de la propia Confederación Sindical Internacional (CSI). La intención fue saber como estaba nuestra central sindical afiliada, la CTH (Confederación de Trabajadores Haitianos), y los otros sindicatos con los cuales tenemos una relación. Queríamos saber como estaban las personas, sus familias, de qué estaban sobreviviendo y llevar algún tipo de ayuda. Para eso, fueran liberados 20 mil euros desde el fondo general de la CSI.

Buscamos trabajar con los sindicatos de la República Dominicana, porque ellos eran la única vía de acceso hasta el Haití, para poder comprar y llevar esas provisiones no solo a los sindicatos, sino a todas las personas posibles. Queríamos saber como esa ayuda podría ser efectiva y cuales serian los próximos pasos.

El lunes, 25 de enero, ya había sido realizado un reconocimiento de los lugares que estaban recibiendo la ayuda y fue llevado el primero cargamento de provisiones. Nuestra opción fue no llevar para los grandes acampamentos, sino para los pequeños lugares más alejados de donde están las misiones internacionales. Eso porque en los centros principales, creemos que las cosas están llegando. Sin embargo, en los lugares pequeños, que están lejos, la ayuda no llega. Eso se ve porque cuando se camina por dichos acampamentos, siempre veíamos placas diciendo “necesitamos ayuda, comida, agua”.

¿Tú llegaste a presenciar la distribución de ayuda?

Sí y lo que más me ha impresionado fue el hecho de que era completamente diferente de lo que veía en los noticieros de la televisión. Es falsa esa idea de que las personas están locas y saltan en cima de quien está ofreciendo auxilio. Eso no ocurrió. El pueblo se quedaba en la fila, esperando su vez, recibiendo su bolsa de provisiones. Fue todo extremadamente tranquilo y sin tumulto. Eso de una vez me quitó la idea de que todo estaba un desorden. Además tuve la impresión de que las personas están intentando volver a retomar su rutina, intentando seguir su vida y no pensar mucho en lo que ocurrió. Ellos están intentando pensar en lo que hacer de aquí en adelante.

¿Cómo fue tu contacto con el movimiento sindical haitiano?

También estuvimos en la sede de la CSH (Coordinación Sindical Haitiana), que quedó prácticamente intacta. Allá nos encontramos con el secretario general, Carlo Napoleón, y otros sindicalistas. Ellos están planeando la organización de las tareas de apoyo. Había una promesa del gobierno de que ellos recibirían víveres como centrales sindicales. Pero eso no se realizó. Incluso, el responsable por eso era el Ministro de Trabajo, pero él resignó de la función porque no tenía condiciones de organizar todo eso solo.

También tuvimos una reunión con todos los sindicalistas. Lo que quedó acertado es que las donaciones serán enviadas a la sede del Instituto Nacional para Formación Social (INAFOS) de la CTH que es donde ellos están abrigados. Los sindicatos quedan apenas con una parte y distribuyen el resto entre el pueblo para que la ayuda no se limite al movimiento sindical.

En el INAFOS ¿cual la impresión que tuviste de la gente que está allá abrigada?

Aparentemente las personas están enteras y vivas. Pero lo que tenemos miedo es el daño psicológico que todo eso ha causado. Una segunda cuestión es la forma que ellos están viviendo. Todo el mundo está durmiendo en el piso, con solo una cobertura sirviendo de techo. Están abrigadas en el sitio casi 200 personas, incluyendo ancianos y niños. En relación a las condiciones de higiene, cuando se compara con el restante de la ciudad, es prácticamente un hotel cinco estrellas porque tiene agua, comida y son servidas por los menos dos comidas al día. El problema es que la gente no tiene ni el mínimo de privacidad. Está todo el mundo durmiendo allí y son pocos los baños.

¿Qué tipo de iniciativa los sindicatos están llevando a cabo?

El secretario general de la CTH, Paul Loulou, nos contó que ele quiere dar el ejemplo. Ellos quieren hacer el centro funcionar como lugar de formación. Según él, por el terremoto la vida no puede parar. Ellos estaban intentando establecer algunas asociaciones para utilizar el centro para actividades que pueden dar inicio a la reconstrucción de la ciudad, formando obreros y electricistas. Hay también un proyecto de un restaurante popular en las afueras de la cuidad.

Las noticias que llegan por los medios, muestran un país inmerso en el caos. Siempre siguiendo esa idea de que los haitianos no son capaces de administrar su propio país y mucho menos ahora en ese período de destrucción generalizada. ¿Cual es tu impresión al respecto y cómo la gente está reaccionando?

La impresión que tuve es de un país pobre. Pero lo que he visto no me pareció muy diferente de la pobreza que encontramos en áreas miserables del nordeste brasileño donde el poder público no llega. La gente está intentando retomar sus vidas, el comercio está funcionando, los bancos funcionan, el transporte público funciona. En algunos lugares uno puede comprar un camión de abastecimiento de agua para las casas, existen grifos de gasolina y también hospitales. Donde es posible, está funcionando. No se ve tumulto en la calle, ni peleas. En los grandes acampamentos, la vida está fluyendo normalmente.

Por ejemplo, vimos un acampamento venezolano donde las carpas estaban todas bien colocadas y la gente hacia fila para recibir comida. Fuimos para otro acampamento organizado por un padre donde todos sabían quien era su vecino, todos tenían comida, estaban cocinando. En la ciudad existen mercados en la calle, donde se venden verduras y otros alimentos. .

Lo que sí he sentido es la presencia militar. Pero no en el sentido de organizar, sino para poner miedo. Existen tanques de guerra y armas con mira láser. A veces se ven campos enormes totalmente vacíos pero donde están establecidos contingentes de 200 o 300 soldados. Por kilómetros de distancia donde no se ve ni un ser humano, siempre se observan los soldados. En un mercado pequeño, con 4 o 5 tolditos no falta el tanque de guerra parqueado al lado. Uno se pregunta, ¿para qué sirve eso?

Con relación a la tarea de reconstrucción. Existen dos vertientes que están destacándose. Por un lado, los que afirman que la reconstrucción pasa por las empresas, las cuales tienen el derecho de llevar a cabo todos los proyectos de infraestructura. De otro lado, hay los que dicen que es hora de adoptar un sistema participativo en lo cual los mismos haitianos tengan voz y decidan que camino quieren seguir. Por lo que observaste ¿qué lado tendrá más fuerza?

Con la invasión militar que vimos, no veo muchas posibilidades de que ellos puedan decidir algo. Sin embargo, por lo menos por el lado de los sindicatos, la idea es calificar las personas para que puedan inserirse y participar en reconstrucción del país. No entramos en contacto con el gobierno para tener un panorama mejor. Pero los sindicatos están intentando sin suceso conseguir ayuda del gobierno para mantenerse. Sinceramente, no sé si ellos tienen definido claramente esa línea de lo que será hecho y como será hecho. Por el momento, nadie tiene ninguna garantía, ni certezas. Creo que hasta el gobierno está perdido esperando a alguien que va decir lo que tienen que hacer. Los haitianos no tienen mucha seguridad de lo que va a suceder.

Más información en la web de la CSA: www.csa-csi.org
Enviado por: Dialogo 2000, 02-02-10

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lunes, 1 de febrero de 2010

La IV Flota en acción. Un portaaviones llamado Haití. Por Raúl Zibechi

ALAI AMLATINA, 01/02/2010.- La reacción de Estados Unidos de militarizar la parte haitiana de la isla luego del devastador terremoto del 12 de enero, debería enmarcarse dentro del contexto generado a raíz de la crisis financiera y económica y el ascenso de Barack Obama a la presidencia. Las tendencias de fondo ya estaban presentes pero la crisis las ha acelerado de modo que han ganado visibilidad. Se trata de la primera intervención de envergadura de la IV Flota, restablecida poco tiempo atrás.
Con la crisis haitiana, la militarización de la relaciones entre Estados Unidos y América Latina avanza un paso más, como parte de la militarización de toda la política exterior de Washington. De ese modo, la superpotencia en declive intenta retardar el proceso que la convertirá en una potencia entre otras seis o siete en el mundo. La intervención es tan desembozada, que el periódico oficialista chino Diario del Pueblo (21 de enero) se pregunta si Estados Unidos pretende incorporar a Haití como un estado más de la unión.
El diario chino recoge un análisis de la prestigiosa revista Time, donde se asegura que “Haití ya se ha convertido en el 51º estado de los Estados Unidos, y aún cuando no lo sea es por lo menos su patio trasero”. En efecto, en apenas una semana el Pentágono había movilizado hacia la isla un portaaviones, 33 aviones de socorro y numerosas naves de guerra además de 11 mil soldados. La MINUSTAH, misión de la ONU para la estabilización de Haití, tiene apenas 7 mil soldados. Según Folha de Sao Paulo (20 de enero) Estados Unidos desplazó a Brasil de su lugar de dirección de la intervención militar en la isla, ya que en pocas semanas tendrá “doce veces más militares que Brasil en Haití”, llegando hasta los 16 mil efectivos.
El mismo Diario del Pueblo, en un artículo sobre el “efecto estadounidense” en el Caribe, asegura que la intervención militar de ese país en Haití tendrá influencia en su estrategia en el Caribe y en América Latina donde mantiene una importante confrontación con Cuba y Venezuela. Esa región es, en la lectura de Beijing, “la puerta de su patio trasero”, a la que busca “controlar estrechamente” para “continuar alargando el radio de su influencia hacia el sur”.
Todo esto no es demasiado nuevo. Lo importante es que se inscribe en una escalada que se inició con el golpe militar en Honduras y con los acuerdos con Colombia para la utilización de siete bases en ese país. Si a eso se le suma el uso de las cuatro bases que el presidente de Panamá Ricardo Martinelli cedió a Washington en octubre, y las ya existentes en Aruba y Curaçao (islas próximas a Venezuela pertenecientes a Holanda), existen un total de trece bases rodeando el proceso bolivariano. Ahora, además, consigue un enorme portaaviones en el medio del Caribe.
Según Ignacio Ramonet, en Le Monde Diplomatique de enero, “todo anuncia una agresión inminente”. No parece ese por cierto el escenario más probable, aunque sí pueden concluirse dos cuestiones: que Estados Unidos optó por el militarismo para paliar su declive y que necesita del petróleo de Colombia, Ecuador y sobre todo de Venezuela para afianzar su situación hegemónica o, por lo menos, hacer más lento el declive. Sin embargo las cosas no son tan simples.
Para el mensuario francés, “la clave está en Caracas”. Sí y no. Sí porque, en efecto, el 15% de las importaciones de petróleo de Estados Unidos provienen de Colombia, Venezuela y Ecuador, porcentaje que iguala la cantidad importada de Oriente Medio. Además, Venezuela va camino de convertirse en la mayor reserva de crudo del planeta luego que se certifiquen las reservas de la Faja del Orinoco descubiertas recientemente. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, serían el doble de las de Arabia Saudí. Todo esto sería suficiente para que Washington deseara, como desea, sustituir a Hugo Chávez al frente del proceso bolivariano.
A mi modo de ver, el problema central para la hegemonía estadounidense en el “patio trasero” es Brasil. El petróleo bajo tierra es una riqueza importante. Pero hay que extraerlo y transportarlo, lo que demanda inversiones, o sea estabilidad política. Brasil es ya una potencia global, el segundo de los países del BRIC (Brasil, Rusia, India, China) en importancia detrás de China. De los diez mayores bancos del mundo, tres son brasileños (y cinco chinos), pero ya ninguno procede de Estados Unidos ni de Inglaterra. Brasil tiene las sextas reservas de uranio del mundo (cuando sólo el 25% de su territorio ha sido investigado) y estará entre las cinco mayores reservas de petróleo cuando se termine la prospección en la cuenca de Santos. Las multinacionales brasileñas figuran entre las mayores del mundo: Vale do Rio Doce es la segunda minera y la primera en mineral de hierro; Petrobras es la cuarta petrolera del mundo y la quinta empresa global por su valor de mercado; Embraer es la tercera aeronáutica detrás solo de Boeing y Airbus; JBS Friboi es el primer frigorífico de carne vacuna del mundo; Braskem es la octava petroquímica del planeta. Y se podría seguir largo rato.
A diferencia de China, Brasil es autosuficiente en materia de energía y será un gran exportador. Su mayor vulnerabilidad, la militar, está en vías de ser superada gracias a la asociación estratégica con Francia: en la década que acaba de comenzar, Brasil fabricará aviones caza de última generación, helicópteros de combate y submarinos ya que Francia le transferirá las tecnologías necesarias. Hacia 2020, si no antes, será la quinta economía del planeta. Y todo eso sucede en las narices de Estados Unidos.
Allí Brasil ya controla buena parte del Producto Bruto Interno de Bolivia, Paraguay y Uruguay, tiene una presencia muy firme en Argentina, de la que es un socio estratégico, así como en Ecuador y Perú, que le facilitan la salida al Pacífico. Ahí está el hueso más duro para la IV Flota. Véase que el Pentágono ha diseñado para Brasil la misma estrategia que le aplica a China: generarle conflictos en sus fronteras para impedirle despegar. Corea del Norte, Afganistán y Pakistán, además de la desestabilización de la provincia de mayoría musulmana de Xinjiang.
En Sudamérica, un rosario de instalaciones militares del Comando Sur rodea Brasil por la región andina y el sur. La tenaza se cierra con el conflicto Colombia-Venezuela y Colombia-Ecuador. Ahora contará con el portaaviones haitiano, desplazando de esa isla la importante presencia brasileña al frente de la MINUSTAH. Es una estrategia de hierro, fríamente calculada y rápidamente ejecutada.
El problema que enfrentan las naciones y los pueblos de la región, es que las catástrofes naturales serán la moneda corriente en las próximas décadas. Esto es apenas el comienzo. La IV Flota será la porción militar más experimentada y mejor preparada para intervenciones “humanitarias” en situaciones de emergencia. Haití no será la excepción sino el primer capítulo de una nueva serie pautada por el posicionamiento militar en toda la región. Dicho de otro modo: los latinoamericanos estamos en serio peligro, y es hora de que vayamos tomando nota.
Fuente: Servicio Informativo "Alai-amlatina"
Enviado por: Pablo, 01-02-10

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