A los compañeros del Comité por Haití:
El Sr. José Vazquez Ocampo, embajador de Argentina en Haití nos ha visitado, y nos ha hablado, durante una hora y cuarto, de la situación en el país hermano.
Es bueno recoger todas las informaciones posibles, y agradezco la visita del Sr. Embajador.
Su visión de embajador fue a la vez prudente y sincera, pero limitada.
Hablando de Haití, no fue al fondo del problema.
El terremoto de enero ha añadido una complicación nueva al trágico problema de Haití.
Pero aún sin terremoto, Haití ya era un problema trágico.
El pueblo de Haití ha sufrido a través de los siglos una cadena de agresiones.
Las Naciones Unidas, cuando se han tomado el derecho de intervenir en Haití, lo han hecho en nombre de principios abstractos, para proteger el "orden" interior y asegurar la permanencia del "sistema político" occidental.
La misión ha sido principalmente une acción de policía (que ha hecho bajar la criminalidad que se manifestaba en parte del país).
Pero no ha sido una misión para la educación, la salud, el desarrollo, la justicia social.
El gobierno nacional de Haití parece débil, ineficiente, impotente.
Las "autoridades" de las Naciones Unidas son abstractas, lejanas, burocráticas, lentas.
Las "Naciones Unidas" no se preocupan por el desarrollo, no producen progreso.
Los países que intervienen en la Minustah tienen gestos de buena voluntad, un poco paternalistas, y muy insuficientes.
La mayoría de los países miembros de la Minustah son países con recursos limitados, con sus propios problemas, y con limitaciones de presupuesto.
Allí están porque creen, ingenuinamente, que por su presencia impedirán la expansión imperialista de Estados Unidos.
Estos países dicen querer subordinarse a las autoridades locales, pero, de hecho, dependen de misteriosas y lejanas autoridades situadas en las "Naciones Unidas".
Además de mantener el orden (acción quizás necesaria, pero que nadie supervisa), hay algunas iniciativas de tipo humanitario. En el caso de Argentina, se busca diversificar la alimentación popular, apadrinando un proyecto de huertas comunitarias (el proyecto parece bueno, aunque algo paternalista, y con efectos probablemente limitados).
En conclusión, es difícil pensar que la acción de las Naciones Unidas o de la Minustah producirá un surgimiento del pueblo Haitiano.
Con el terremoto, el problema de Haití se agrava de golpe.
Hay que reconstruir un país débil, en el cual 40 % de la población está en la miseria grande, y 50 % más en la pobreza.
¿Quién hará el esfuerzo necesario? ¿Los 10 % restantes? ¿Los países de afuera?
El ayuda de Argentina tropieza con el costo del transporte.
Como país, Argentina estaría por enviar 2000 toneladas de alimentos, que saldrían por barco a principio de abril.
2000 toneladas no es poca cosa. Es 200 gramos de alimento por habitante de Haití.
Creo que Haití se levantará. Pero será por el esfuerzo de los mismos haitianos, por el esfuerzo de los millones de haitianos pobres.
Lo harán porque tienen que luchar para vivir, y porque ya tienen aguante, y porque quieren progresar.
Y en tal caso, pienso que nuestra acción debe ser la de dar apoyo al esfuerzo de los mismos haitianos.
¿Qué podemos hacer para ayudar a los haitianos?
En primer lugar alentarlos: que se sienten acompañados, amados, comprendidos, apoyados.
Tenemos que fortalecer su confianza en sí mismos.
Si podemos enviar alguna ayuda económica, desde luego será útil y bienvenida.
Pero no podremos enviar la enorme masa de ayuda necesaria para la reconstrucción.
Si podemos visitarlos, eso también los alentará.
Pero más que todo, tendremos que ingeniarnos para alentarlos y ayudarlos en el esfuerzo que ellos mismos harán.
Hace falta un enorme esfuerzo de alfabetización, y más que todo de alfabetización de adultos.
No se trata simplemente de enseñar a leer, sino de educación popular, de educación constructora, liberadora.
Hace falta alentar y apoyar los movimientos que allí existen, y alentar la unión entre estos movimientos.
Porque son ellos mismos los que deberán reconstruir su país.
Quizás hará falta enviarles a algunos militantes con experiencia; o quizás recibir a algunos militantes haitianos ya experimentados, para que se capaciten en algunos temas especializados, en contacto con movimientos argentinos.
La ayuda que podamos enviar será poca, si la comparamos con las necesidades.
Razón de más para utilizarla en tareas multiplicadoras, como lo puede ser el apoyo a militantes haitianos.
Primera Declaración del ComitéLa tragedia ocurrida en Haití nos moviliza a todos. Leer más... |
viernes, 5 de marzo de 2010
Embajador de Argentina en Haití nos ha visitado. Por Rogelio Ponsard
Tema:
Opinión
Enviado por: Rogelio, 05-03-10
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